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La Pasa

02.01.2009. 08:57

 

.. Torcaces.com

Sabemos que la torcaz va en aumento, vienen cada vez más, se quedan más a nidificar y se abaten más, por apreciaciones nuestras y del GIIFS. Tirando por lo bajo, podemos cifrar en 7 millones largos las torcaces que nos entran en la Península Ibérica, y la cifra va en aumento. De esos 7 millones que entran no se quedan todas en España, pues parte van a invernar al sur de Portugal.

Las torcaces, para entrar a invernar en la Península Ibérica, deben pasar los Pirineos. Es allí donde se sitúan los puestos de pasa en el País-vasco y Navarra.
Aprovechando sus movimientos migratorios los tiradores de torcaces al paso se reparten o más bien se disputan los mejores puestos situados en las cumbres, collados y dehesas más querenciosos.

Los puestos están, fabricados en madera para la mayoría, en ladrillos o piedras para otros pero siempre pintados en verde y camuflados con helechos o ramas de árboles para intentar fundirse con el color natural de la montaña pirenaica y pasar así inadvertidos a los ojos de las paloma.


Los cazadores se preparan y esperan el golpe de silbido que dará la orden de tirar. Se impusieron esta norma para dejar "recoger el vuelo", esto quiere decir que cuando se aproximan las palomas si vienen altas, hagan un giro de 180 grados para volver a bajar en el valle.


Dejarles volver a entrar garantizará que las últimas del bando vendrán más bajas y entrarán mejor a tiro. Siempre se ha dicho que cuando vienen en bandos muy grandes hay que dejar que pasen las primeras y del medio para atrás es cuando se debe empezar a disparar, ya que no queriendo separarse de las demás, pasarán todas. Eso garantiza también que todos los puestos a distancia podrán disparar.


La pasa de las primeras bandadas de torcaces marca a partir de la festividad del Pilar el inicio de la temporada. La práctica mayoría de las palomas que vuelan hacia el sur entran en la Península Ibérica por el extremo occidental de los Pirineos, lo que convierte a Gipuzkoa poco menos que en punto de paso obligatorio. Hay documentos que atestiguan que en el siglo XIX había ya una infraestructura -puestos estables y redes- para las capturas.

El paso suele ser nada más amanecer y cesa hacia las diez de la mañana, con un ligero repunte a la tarde.

En los días de gran migración las oleadas de torcaces ocurren en tres fases: una matinal de unas tres horas, un flujo notable entre mediodía y dos de la tarde, y otro momento vespertino, correspondiendo el momento de calma al período entre las diez y las doce de la mañana.

El superar este obstáculo cuesta a la especie el perder el 2.5 % de sus efectivos. La efectividad es mayor los días de migración escasa. Los vientos del norte y noroeste son los mejores en cuanto a cantidad de paso, pero demasiado altas para el alcance de las escopetas, siendo más propicios los del sur y oeste, con menos bandos pero más bajos.

Elevadas cifras pagadas para capturas presumiblemente extraordinarias, pero siempre a merced de los vientos, lluvias y las temidas nieblas...

Los pasos más importantes en el Pais-Vasco y Navarra, puede ser, Roncesvalles, Valcarlos, Etxalar y otros bien conocidos por los aficionados del interior, como son:
Ortzaute, Arlabán y Echegárate (Euzkadi); Quinto Real, Mukosoroa y Lindoux (Navarra); Montinier, Urdiceto (Huesca); La Modorra, Ezcaray y Sancho Leza (La Rioja); puerto de Santa Inés y Castillo de Vinuesa (Soria); Navafría y Navahermosa (Segovia); La Morcuera , Navafría y Fuenfría (Madrid); puertos de Mijares y Serranillos (Ávila); Tornavacas (Cáceres).

 

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