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06.10.2012. 04:07
"" Las visitas guiadas a las palomeras de Etxalar cumplen este otoño diez años.
.. Diario Vasco - Cdc
06/10/2012 | Diario Vasco | ZARBO IBARROLA
<<Con la llegada del mes de octubre ha empezado la caza tradicional de redes de las Palomeras de Etxalar y también las visitas guiadas de otoño. Este año, además es el décimo aniversario de las visitas. En esta zona de caza, todavía se puede observar la centenaria tradición de la caza de paloma mediante redes.>>
Por los más de 600 años de vida de esta tradición y por ser única en toda la península ibérica, este método de caza, forma parte del patrimonio cultural y por ello, el Gobierno de Navarra la ha nombrado como Bien de interés cultural.
Las visitas se realizan los viernes, sábados, domingos y festivos entre el 1 de octubre y el 20 de noviembre, en horario de mañana a las 9.00, 11.00 ó 13.00, y en ellas se dan a conocer todos los secretos de la caza de palomas con red: las herramientas, tradición, método y mucho más, dentro del área de caza tradicional y mientras los palomeros están trabajando, siempre dependiendo del tiempo y de la caza y esto se completa con un audiovisual de quince minutos.
Aparte de esta, también hay opción de entrar al observatorio que se encuentra entre las redes, para ver de cerca cómo quedan atrapadas las palomas. La duración de la visita es de aproximadamente sesenta minutos, y el precio es de cuatro euros por persona para individuales y un euro menos si es un grupo mayor de diez personas.
Para las personas interesadas en participar en estas visitas, recordar que hay que llamar al teléfono 690267756, o enviar un mensaje a la dirección de correo electrónico usategiak@etxalar.org. Se puede obtener más información en la página www.etxalar.org.
Tradición centenariaCuenta la leyenda que la caza con redes tiene su origen en un suceso acaecido en Ibañeta, cerca de Roncesvalles. Dicen que un pastor, aburrido de ver pasar palomas, les tiró una piedra plana y observó cómo los pájaros, asustados, se tiraban hacia el suelo. Repitió el juego en varias ocasiones mientras pasaba por allí un clérigo, que tuvo la idea de aprovechar la circunstancia para colocar unas redes y comenzar así lo que hoy es una tradición en varios puntos del Pirineo.
Seguramente esta historia no tendrá mucho de real, excepto en la parte en la que un cura se aprovecha del trabajo ajeno, pero lo que sí sabemos es que el primer documento escrito sobre las palomeras de Etxalar data del año 1387.
También sabemos que las piedras planas del supuesto pastor o las actuales 'paletas' de madera de haya que lanzan los cazadores de Etxalar producen en las palomas el efecto de un ave rapaz en vuelo de ataque, con lo que, asustadas, bajan hasta tocar prácticamente el suelo. De hecho, el momento de la caída en las redes puede parecer el más espectacular, pero el verdadero mérito, lo más bonito de todo el lance, es el trabajo que se hace desde las trepas para meter las bandas en las redes.
Desde que se avista la banda el palomero principal es avisado para que toque la corneta -un solo toque- y empieza el trabajo para meter la banda en el 'embudo'. Las primeras trepas, a ambos lados y en la zona más abierta, trabajan con las 'zatarras', una especie de trapos sujetos a un palo que agitan al aire violentamente, para espantar a las palomas y de esa manera centrar la banda.
Este trabajo continúa con las trepas intermedias, que unen las paletas a las zatarras para colocar la banda enfilada hacia las redes. Finalmente, las trepas más cercanas a las redes utilizan paletas para bajar las palomas y meterlas literalmente en las redes.
La coordinación es fundamental, pero a veces la banda se da la vuelta y hay que reorganizar a todo el equipo para volver a meter las palomas. Una vez que se echan las redes y sólo entonces, la corneta sonará dos veces y los cazadores de escopeta podrán disparar. Nunca antes.
La prioridad absoluta, en esa zona del frente, es de las redes. Etxalar es, tradicionalmente, un monte de viento norte. Con norte o noroeste hay más posibilidades de acertar. En cualquier caso, siempre es una visita espectacular, independientemente de la afición a la caza que pueda tener el visitante. Es un espectáculo inolvidable.
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